14 dic 2011

DOS

Sí, ya sé que en dos letras tu nombre me sabe a arroz tostado, a la canela de cada madrugada, al frío entre los cuerpos en el vagón del tren. Pero me di tiempo y el tiempo me detienen en pacientes paseos de diciembre al abrigo del dinero que ya no me queda.

Ganas, me crecen las ganas cada vez que veo tus ojos otra vez en el reflejo de un imperfecto, y esta vez, esta vez me muero de ganas por contártelo todo desde el principio, pero me muero.

Esta vez me aguanto los nervios de las palabras, quiero cuidar esa sensación de "me importas tanto, que ya todo me importa nada", quiero guardarte de los meses, del cansancio, quiero esconderte para que no te encuentren las sábanas.

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