1 mar 2010

Dos pupitres sin orden

Camino este camino que no guarda el silencio de mis pasos. Camino sin mirar atrás, camino con los ojos cerrados. Camino mientras dejo que el viento se envuelva entre mi piel, mientras huelo cada recuerdo, cada suspiro de aire nuevo...camino siempre hacia delante, camino siempre sin miedo.
Y en el camino dejé atrás los cantos rotos de las noches de un verano adolescente, los vasos vacíos de las conversaciones ebrias de razones para seguir brindando por la luna llena. Atrás dejé un cielo de estrellas apunto de explotar cuando apunto estuve de dar el beso que no di por miedo ajeno. Atrás quedaron las primeras líneas, las primeras rimas, los últimos versos.
Caminé y olvidé en el camino el miedo nervioso de otra noche de excesos, olvidé el beso contínuo, los dedos de los acordes que nacen, las cuerdas de los acordes en silencio. Olvidé el cristal de la cerveza llena de carcajadas, el sueño cuando no tenía que tener sueño, olvidé hasta los motivos por los que olvidé todo aquello.
Atrás quedaron las lágrimas de un Buenos Aires lluvioso, las tardes grises de cigarros apagados entre los labios. Se volaron los viajes, se volaron los matices de las verdades perfumadas de engaño. Atrás quedaron mil cicatrices, los perjuicios, la perjuria y los abrazos.
Se perdieron las risas de los amigos inconsolables, las tardes de veintiún años conformados. En el camino se me escaparon las hueyas de los labios naufragados, el rastro del sabor del mar, el tacto de la arcilla húmeda, los tesoros que nunca valieron lo que encontramos.
Se perdió todo lo que pasó a llamarse pasado. Ahora aprieto los ojos, aprieto los ojos y aspiro un viento que nunca me gustó más haber aspirado. Un viento cubierto de pecas con ojos que brillan si los miras de lado. Un viento que suena como siempre había esperado. Aspiro un viento nuevo y las ganas de seguir aspirando me empujan. Voy hacia delante y sigo caminando. Un viento que sabe a sal en las ganas de que vuelva, un viento que se queda posado en mis párpados cada noche. El último suspiro, el primer aliento.
Camino, sigo siendo camino porque en el fondo nunca me he parado. Camino, hoy más que nunca camino, camino si sigo respirando, camino si eres el viento nuevo que no te vas de mi lado.

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